Los usuarios de la vía pública

Entendemos el tránsito como el desplazamiento de vehículos y personas a lo largo de la vía pública bajo un sistema de normas. A quienes se desplazan, los une el objetivo común de circular de un punto a otro. Cada uno depende de los demás para que ese objetivo se cumpla, y al mismo tiempo, las conductas individuales condicionan e influyen sobre las conductas de los demás conductores. Cuando nos movemos por la vía pública no estamos solos, por lo que tenemos derechos y responsabilidades en cuanto a su uso. De esta manera cada usuario es responsable de una parte del tránsito.

El Diccionario de la lengua española define a la Vía Pública como “calle, plaza, camino u otro sitio por donde transita o circula el público.” La vía pública es un espacio compartido por diferentes tipos de usuarios.Los peatones son las personas que transitan a pie, deben transitar siempre por la acera, respetar los espacios exclusivos de circulación, cruzar por las sendas peatonales, respetar las señales y mirar atenta-mente hacia ambos lados antes de cruzar.

Los conductores deben circular conservando en todo momento el pleno dominio del vehículo, teniendo en cuenta los riesgos propios de la circulación y demás circunstancias del tránsito. Los transportados o pasajeros de un vehículo, también deben adoptar conductas seguras y responsables, para su propia seguridad y la del conductor.

La vía pública cuenta con espacios exclusivos para transitar por ella (aceras o veredas, pasos para peatones, carriles exclusivos para vehículos, etc.) y otros espacios que son compartidos como calzadas, caminos, que requieren, para una convivencia ordenada, del cumplimiento de la normativa que los regula. La seguridad depende de muchos factores como el estado del vehículo, la aplicación efectiva de la normativa vigente, el estado físico de rutas y caminos, la adecuada señalización, etc. Pero es el comportamiento del usuario quien termina de definir y conformar las características del tránsito.

Los accidentes de tránsito ocurren por causas concretas, y pueden PREVENIRSE. Los hechos que llamamos accidentes tienen causas específicas y la solución es modificar conductas y condiciones que les dieron origen. Aceptar que algo nos puede pasar es el primer paso para evitar que los accidentes ocurran. Revertir el sistema fatalista de creencias acerca de los accidentes de tránsito constituye una tarea educativa esencial para el desarrollo de una cultura de la prevención.

Fuente: Manual de prevención de accidentes, Grupo Sancor Seguros, Prevención Art, 2007.