Componentes específicos de las EBTs

Las EBTs tienen dos componentes específicos que las identifican:

1) tienden a ser empresas con muy poco personal y producen bienes y servicios con alto valor agregado;

2) tienden a relacionarse con las universidades, institutos o centros de investigación donde se desarrollan tecnologías en áreas de conocimiento similares a las que dichas empresas requieren para su desarrollo y actualización tecnológica.

De acuerdo con los argumentos presentados en este trabajo, una EBT se puede caracterizar por la calidad y el nivel de especialización de sus recursos humanos, su proclividad para crear y fortalecer grupos de I+D, y la ejecución de proyectos de investigación con un margen muy estrecho de especialización.

En este contexto, es necesario resaltar la contradicción conceptual que existe en México, donde las empresas más grandes y eficientes tienden a caracterizarse por tener un perfil más cercano a una EBT que el existente en la inmensa mayoría de las empresas pequeñas del país, independientemente de su vocación sectorial y de especialización tecnológica. Esto porque en México sólo las grandes empresas tienen los recursos necesarios para arrancar proyectos con un alto contenido tecnológico, aunque sus capacidades organizacionales no coinciden con el perfil de una EBT tradicional al ser más rígidas y verticales y, por lo mismo, menos capaces a ajustarse rápidamente a los cambios del entorno.

Por otra parte, la especialización en actividades intensivas en conocimiento le permitiría a un buen prototipo de EBT acceder a modificaciones más rápidas en sus planes de producción con niveles más elevados de eficiencia en la fabricación de productos distintos, diversos modelos y volúmenes variables. En un sentido estricto, una EBT bien caracterizada podría tener un mayor dinamismo tecnológico si tuviera un mayor nivel de capital relacional, como por ejemplo el derivado de una mayor integración con los centros de investigación y universidades del país.

El problema es que el perfil ideal de una EBT para el caso de México requiere privilegiar la formación de redes a través de la integración técnicoproductiva entre los distintos agentes involucrados. Este comportamiento le ayudaría a elevar sus posibilidades de innovar. Sin embargo, el nivel actual de las capacidades tecnológicas y de innovación en la industria nacional habla de una gran separación entre los sectores de alta y baja tecnología, en donde las pequeñas empresas predominan en este último, y los grandes negocios controlan el primero.

Con la actual disparidad la competitividad global de la economía mexicana está en entredicho ya que existen una infinidad de empresas de baja tecnología que no han logrado hacer el mejor uso de la disponible, así como tampoco han sabido aprovechar las mejores prácticas existentes a nivel mundial para aumentar su productividad, todo lo cual termina por afectar el potencial de desarrollo del país.

Por su parte, las barreras que genera el actual marco legal e institucional de México no facilita la aparición de EBTs porque las normas vigentes tienden a restringir la colaboración academia-industria, tanto a nivel del manejo de la propiedad de los resultados de la actividad intelectual, como de la movilidad del personal involucrado en actividades de investigación y en actividades no académicas.