Rastreo en el cultivo del tomate

Esta práctica persigue pulverizar los terrones que han quedado después de la aradura, ésta debe realizarse cuando el suelo tenga la suficiente humedad que permita que los terrones se desmenucen. Se puede utilizar rastra pesada y rastra pulidora.

El número de pasadas depende del tamaño de los terrones y el mullido que se quiera dejar, pero se recomienda dejar lo más mullido que se pueda, porque de esta labor depende mucho la calidad de la cama y la eficiencia en el trasplante. Antes del último paso de rastra esta se aprovecha para incorporar las enmiendas de cal y las aportaciones de materia orgánica que se hagan en el terreno.

Fuente: Centro de inversión, desarrollo y exportación de agronegocios