Feminismo socialista

En este se mezclan elementos del feminismo radical y marxista. Enfatizan que lo personal es político y que las mujeres ejercen la política desde su vida cotidiana. Los hombres son considerados como los representantes del poder. Este poder junto con la explotación y la subordinación sexual forman los elementos claves del patriarcado. El hecho que la mujer tiene como rol social la reproducción hace que ella esté subordinada y explotada. Además en general es obligada a asumir una jornada doble de trabajo.

Ultimamente dentro del feminismo las discusiones están referidas a las diferencias entre las mujeres, mientras que en el pasado se enfatiz6 en las experiencias comunes de todas las mujeres. La pregunta clave en estas discusiones es la siguiente:

¿Las diferencias y divisiones potenciales entre mujeres forman un peligro para la acción política efectiva de las mujeres?

La crítica a las teorías existentes es que éstas no tomaron en cuenta las diferencias étnicas, culturales y de clase entre las mujeres y que justamente eso causó las divisiones. Critican sobre todo el feminismo marxista y radical. Critican que estas teorías analizan el poder solamente como algo centralizado, ejercido y mantenido por el estado, el patriarcado, el capitalismo. No discuten, ni analizan las representaciones de estos tipos de poder al nivel cotidiano.

No pueden analizar en detalle cómo el discurso de la cultura dominante va codificando los lugares y funciones que deberá ocupar el sujeto. La teoría de las diferencias sin embargo, se dedica a destruir y a volver a construir las imágenes de femineidad y los supuestos mitificadores. No enfatizan en la identidad del sujeto, sino sus expresiones, sus representaciones y sus juegos. Éstas muestran cómo la ideología dominante puede seguir existiendo, también muestran en qué manera y en qué medida cada grupo, cada cultura asume e interioriza esta ideología dominante.

Fuente: Taller centroamericano para formadores de promotores de microempresas