Desarrollo del feto

Cuando el espermatozoide se introduce en el óvulo, se produce la fecundación, dando lugar a una célula huevo que se multiplica y desarrolla de tal forma que, al final del primer mes, mide unos 4mm y, al final del tercero, unos 8 cm.

Después de la fecundación, el huevo se desplaza por la trompa hasta el útero, al que llegará aproximadamente en una semana. Allí, gracias a la acción de las hormonas que lo han preparado adecuadamente, podrá anidar y alimentarse hasta el punto de transformarse en 9 meses, desde un pequeño huevo, a ser un/a bebé de unos 3 kg de peso.

El embrión está dentro de una bolsa casi transparente que contiene el líquido amniótico (que se conoce como «bolsa de agua»). Este medio lo protege de las posibles agresiones del exterior, como golpes y caídas. También es un medio necesario para el crecimiento y para favorecer los movimientos del feto.

Para la nutrición del embrión se forma la placenta, que es un órgano a través del cual el feto recibe las sustancias necesarias para su desarrollo por medio del cordón umbilical, que está en contacto con la circulación materna.

Fuente: Instituto Asturiano de la juventud