Aptitudes emocionales necesarias para sobresalir en el competitivo mundo del trabajo

1. El autoconocimiento consiste en conocer los propios estados internos, preferencias, recursos e intuiciones. Este autoconocimiento comprende, a su vez, tres aptitudes emocionales:

  1. Conciencia emocional: Reconocimiento de las propias emociones y sus efectos;
  2. Autoevaluación precisa: Conocimiento de los propios recursos interiores, habilidades y límites; y
  3. Confianza en uno mismo: Certeza sobre el propio valer y facultades.

2. La autorregulación consiste en manejar los propios estados internos, impulsos y recursos. Esta autorregulación comprende, a su vez, cinco aptitudes emocionales:

  1. Autodominio: Mantener bajo control las emociones y los impulsos perjudiciales;
  2. Confiabilidad: Mantener normas de honestidad e integridad;
  3. Escrupulosidad: Aceptar la responsabilidad del desempeño personal;
  4. Adaptabilidad: Flexibilidad para reaccionar ante los cambios; y
  5. Innovación: Estar abierto y bien dispuesto para las ideas y los enfoques novedosos y la nueva información.

3. La motivación son las tendencias emocionales que guían o facilitan la obtención de las metas. Esta motivación comprende, a su vez, cuatro aptitudes emocionales:

  1. Afán de triunfo: Afán orientador de mejorar o responder a una norma de excelencia;
  2. Compromiso: Alinearse con los objetivos de un grupo u organización;
  3. Iniciativa: Disposición para aprovechar las oportunidades; y
  4. Optimismo: Tenacidad para buscar el objetivo, pese a los obstáculos y reveses.

4. La empatía es la captación de sentimientos, necesidades e intereses. Esta empatía comprende, a su vez, cinco aptitudes emocionales:

  1. Comprender a los demás: Percibir los sentimientos y perspectivas ajenas, e interesarse activamente por sus preocupaciones;
  2. Ayudar a los demás a desarrollarse: Percibir las necesidades de desarrollo de los demás y fomentar su capacidad;
  3. Orientación hacia el servicio: Prever, reconocer y satisfacer las necesidades del cliente;
  4. Aprovechar la diversidad: Cultivar las oportunidades a través de personas diversas; y
  5. Conciencia política: Interpretar las corrientes sociales y políticas.

5. Las habilidades sociales son las habilidades para inducir en los otros las respuestas deseadas. Estas habilidades sociales comprenden, a su vez, ocho aptitudes emocionales:

  1. Influencia: Implementar tácticas de persuasión efectiva;
  2. Comunicación: Escuchar abiertamente y trasmitir mensajes convincentes;
  3. Manejo de conflictos: Manejar y resolver desacuerdos;
  4. Liderazgo: Inspirar y guiar a individuos o grupos;
  5. Catalizador de cambios: Iniciar o manejar los cambios;
  6. Establecer vínculos: Alimentar las relaciones instrumentales;
  7. Colaboración y cooperación: Trabajar con otros para alcanzar objetivos compartidos; y
  8. Habilidades de equipo: Crear sinergia para trabajar en pos de las metas colectivas.

Esta es buena cuenta la anatomía de las aptitudes emociones, tal como el propio Daniel Goleman las comprende en la organización. Sin embargo, otros autores tienen otra manera diferente de comprender la estructura de las aptitudes emocionales en el competitivo mundo de los negocios de hoy en día. Puede, por ejemplo, revisarse de Robert K. Cooper y Ayman Sawaf: La inteligencia emocional aplicada al liderazgo y a las organizaciones (1997). Estos autores presentan un modelo de la inteligencia emocional sustentado en cuatro pilares:

  1. Conocimiento emocional;
  2. Aptitud emocional;
  3. Profundidad emocional; y
  4. Alquimia emocional.

A su vez cada uno de estos pilares de la inteligencia emocional tienen cuatro aptitudes emocionales, lo que arroja un total de dieciséis aptitudes emocionales. El análisis de ambos modelos de inteligencia emocional permite comprender que en gran medida las aptitudes emocionales están superpuestas con diferentes nomenclatura. Este tema seguramente será todavía objeto de muchas controversias y debates, pero de momento la propuesta de Goleman parece tener un mayor número de seguidores.