Las Tres Gracias obra de Rubens

Las Tres Gracias es la obra más famosa de Rubens. Fue adquirida por Felipe IV entre los bienes del pintor, subastados tras su fallecimiento – el 30 de mayo de 1640- pasando a decorar alguna de las salas del Alcázar de Madrid.

El hecho de estar pintado sobre tabla indica la relación del maestro con la pintura flamenca antigua. Las Tres Gracias se llamaban Eufrosine, Talía y Anglae y eran hijas de Zeus y Eurymone. Siempre aparecen desnudas ya que la belleza no necesita cubrirse. Son las representaciones de la afabilidad, la simpatía y la delicadeza.

El asunto y la manera de tratarlo se remontan al arte clásico pero fue Rafael, en el Renacimiento, quien lo recobró. Rubens mantiene la composición del italiano, pero cambia la relación entre las tres figuras que están conectadas entre sí a través de los brazos, el velo y sus miradas, es decir, psicológicamente, dando así nueva unidad al grupo.

También ha cambiado el canon de belleza, empleando el típico de sus pinturas, con mujeres entradas en carnes pero proporcionadas, elegantes. La sensación de movimiento y gracia que irradian las tres jóvenes es excelente, obteniendo el efecto de invitar al espectador a integrarse a la escena.

Las flores de la guirnalda superior y el fondo de paisaje acentúan la belleza del conjunto.

El fuerte foco de luz que utiliza el maestro resalta el colorido perlado de las muchachas, en cuyos rostros creen algunos reconocer las facciones de las dos esposas del pintor – Isabella Brant y Hélène Fourment – mientras otros opinan que se trata de diferentes variaciones de ésta última. La belleza femenina de la pintura de Rubens está resumida en este magnífico trío.

Esta obra, ya de los últimos años de Rubens, permaneció siempre en su colección, y fue subastada junto con otras propiedades suyas a la muerte del pintor; entonces la compró un representante de Felipe IV. Durante buena parte del siglo XVIII estuvo guardada, con otros cuadros de desnudos -considerados pecaminosos por Carlos III-, en una galería secreta de la Academia de Bellas Artes.

Las Gracias eran tres de las hijas de Zeus, a las que se consideraba en la mitología como diosas de la alegría y los festejos, al servicio de Afrodita, diosa del amor.

Rubens retrató en la figura de la izquierda a su segunda esposa, una joven con la que se había casado teniendo ella dieciséis años y estando él cercano a los sesenta.

Las formas opulentas de Elena Fourment le sirvieron en muchas ocasiones como modelo para sus figuras femeninas.

Fuente: Apuntes Historia del Arte del Renacimiento al Siglo XVII