Detección automática de incendios

Se trata de una instalación que tiene por objeto anticipar al máximo la alarma de incendio, ya sea automáticamente (detectores) o por la intervención de las personas (pulsadores).

Detectores.

Los hay de muy diversos tipos según las características del lugar a proteger, del tipo de combustibles presentes, etc.

Los más habituales son:
Detectores de humo: Son los más frecuentes. Suelen incluir un piloto que se enciende cuando el detector está activado.
Detectores iónicos: Son los de activación más rápida ya que avisan de la iniciación de un fuego antes de que se produzcan llamas y humo visible.
Detectores térmicos: En general están regulados para que se activen cuando la temperatura en un recinto alcanza un número de grados predefinido.
Detectores termovelocimétricos: Se regulan para avisar cuando se superan unos límites preestablecidos en la velocidad del incremento de la temperatura, en un tiempo predeterminado.
Detectores ópticos: Incluyen una célula fotoeléctrica que se activa cuando se inician las llamas.

Pulsadores

Los pulsadores de alarma se situarán de modo que la distancia máxima a recorrer, desde cualquier punto hasta alcanzar un pulsador, no supere los 25 metros.

Centralita. La señal activada por detectores o pulsadores se transmite hasta una centralita que debe estar situada en un lugar donde esté asegurada su vigilancia permanente mientras el edificio o establecimiento esté ocupado.

La centralita tendrá dos fuentes de alimentación: Suministro eléctrico público o equivalente y batería recargable.

Las modernas centralitas funcionan como potentes ordenadores capaces de activar múltiples funciones desde el mismo momento en que se detecta un conato de fuego. Por ejemplo, además de la señal de alarma.

pueden poner en marcha instalaciones automáticas de extinción, transmitir mensajes grabados a teléfonos prefijados, cerrar las puertas corta-fuegos, abrir los exutorios de humo, parar máquinas e instalaciones de todo tipo, etc.

Señal de alarma.

La señal (de accionamiento automático o manual) que trasmita la centralita en caso de alarma de fuego será, en todo caso, audible, debiendo ser, además, visible cuando el nivel de ruido -más de 60 dB(A)- pueda impedir que sea percibida.

El nivel sonoro de la señal, y el óptico en su caso, permitirán que sea percibida en el ámbito de cada sector de incendio donde esté instalada.

Para evitar el pánico, en algunos casos, se incorpora un sistema de prealarma que se activa antes de disparar la alarma general.

La ubicación de las sirenas o timbres permitirá que la señal de alarma sea audible en todo punto del edificio o establecimiento.

Mantenimiento.

Cada año una empresa instaladora o mantenedora autorizada por Industria de realizar las siguientes operaciones:

-Verificación integral de la instalación.
-Limpieza del equipo de centrales y accesorios.
-Verificación de uniones roscadas o soldadas.
-Limpieza y reglaje de relés.
-Regulación de tensiones e intensidades.
-Verificación de los equipos de transmisión de alarma.
-Prueba final de la instalación con cada fuente de suministro eléctrico.

Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete