Sistemas de extinción

En función de los datos recabados en el reconocimiento previo, se establecerá la estrategia más adecuada entre las siguientes.

Eliminación del calor

La eliminación del calor no podrá consistir en retirar la fuente que provocó el incendio, generalmente muy débil en comparación con este, sino en inhibir la reacción exotérmica retrasando la emisión de gases inflamables.

Ello se consigue aplicandoproductos sobre el combustible, que por su efecto se denominan retardantes. El retardante más común es el agua, que puede utilizarse de dos formas:

Proyectando agua directamente sobre el fuego. Este agua se evaporará bruscamente, consumiendo calor (540 Kcal/litro de agua). Si la cantidad de agua es suficiente, el fuego se extinguirá.

En todo caso, la temperatura se reducirá o, al menos, se reducirá la velocidad de propagación del incendio.

Proyectando agua sobre la vegetación combustible antes de que haya empezado a arder. Al llegar el frente del fuego, su calor se gastará en evaporar dicha agua. Hasta que no se deseque no comenzará la pirólisis del combustible y se mantendrá la temperatura por debajo de los 200º C.

Con ello se retardará la progresión del incendio. La eficacia del agua puede multiplicarse utilizando otros productos que, mezclados con ella, mejoran su rendimiento o bien retrasan la velocidad de combustión.

Los primeros son los humectantes o viscosantes y los segundos son los retardantes.

Eliminación del aire. Cuando no se disponga de agua suficiente, habrá que recurrir al método tradicional consistente en separar el oxígeno del aire necesario para la combustión del combustible a través de procedimientos como:

– Recubriendo el combustible en ignición con un material que lo separe del aire, generalmente tierra arrojada con pala.
– Golpeando el combustible para dispersarlo y sofocar la emisión de gases inflamables, mediante batefuegos.

Eliminación de los combustibles:

Es un método de ataque indirecto que se realizará limpiando de combustibles una faja de terreno con el fin de interrumpir la propagación del fuego.

Esta faja se denomina línea de defensa. Para hacerla se utilizan:

Herramientas manuales: Motosierras, hachas, azadas, palas y herramientas similares
Maquinaria: En general, palas excavadoras.
Contrafuego: Se provoca un fuego controlado para eliminar combustible entre la línea de defensa y el borde del incendio.

Generalmente, el contrafuego se apoyará en una faja limpiada anteriormente de forma manual o mecánica.

En todo caso, siempre se deberá tener en cuenta que en determinadas circunstancias (como viento racheado o fuerte, masas cerradas de vegetación, etc.) el contrafuego puede ser extremadamente peligroso pudiendo acelerar la propagación del incendio e, incluso, cercar a personas no controladas que estén realizando tareas de extinción y con las que no se tenga contacto.

Nunca debe hacerse, ni permitir que otros lo hagan, si no lo ordena expresamente el Director Técnico de la extinción.

La anchura de la línea de defensa dependerá en gran parte de los medios disponibles para construirla. Como norma general, se recomienda:

– Para fuego de suelo: De 0,15 m. a 4,00 m.
– Para fuego de copas: De 7,00 m. a 10,00 m.
– Para fuego de subsuelo: 30 cm.

El emplazamiento de la línea de defensa dependerá de la velocidad del incendio, de su dirección de avance, de la topografía, de la cantidad de personal presente, de los bienes que deben protegerse, etc.

Con frecuencia la línea de defensa se apoyará en una discontinuidad preexistente en el combustible, como una faja cortafuegos, una carretera o carril, una zona de rocas, un arroyo, un área de vegetación con menor densidad de combustible, etc.

Si el incendio sube por una ladera, la línea de defensa estará inmediatamente detrás de la cuesta.

No obstante, en cada caso deberá determinarse el emplazamiento de la línea teniendo en cuenta las circunstancias concretas existentes en ese momento.

– Para fuego de suelo: De 0,15 m. a 4,00 m.
– Para fuego de copas: De 7,00 m. a 10,00 m.
– Para fuego de subsuelo: 30 cm.

El emplazamiento de la línea de defensa dependerá de la velocidad del incendio, de su dirección de avance, de la topografía, de la cantidad de personal presente, de los bienes que deben protegerse, etc.

Con frecuencia la línea de defensa se apoyará en una discontinuidad preexistente en el combustible, como una faja cortafuegos, una carretera o carril, una zona de rocas, un arroyo, un área de vegetación con menor densidad de combustible, etc.

Si el incendio sube por una ladera, la línea de defensa estará inmediatamente detrás de la cuesta.

No obstante, en cada caso deberá determinarse el emplazamiento de la línea teniendo en cuenta las circunstancias concretas existentes en ese momento.

Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete