Gases licuados del petróleo

Hay gases que son combustibles, o sea, capaces de arder (acetileno, butano, gas natural, hidrógeno, etc.).

Otros son comburentes, o sea, necesarios para la combustión de otras sustancias o para algunas reacciones de oxidación (oxígeno, aire, cloro, etc.).

O bien pueden ser inertes, o sea, que ni arden ni favorecen la oxidación o combustión de otras sustancias (nitrógeno, anhídrido carbónico, gases nobles, etc.).

De todas las materias peligrosas, son los gases combustibles los que más frecuentemente estarán presentes en las situaciones de emergencia a las que tendrán que enfrentarse los Bomberos.

Gases licuados del petróleo (GLP) Los productos más ligeros procedentes de la destilación de los crudos de petróleo, así como de los productos del cracking de sus fracciones más pesadas son los GLP, cuyos componentes más importantes son el butano (fórmula C4 H10) y el propano (fórmula C3 H8).

Otra fuente de obtención de los GLP es a partir de algunos gases naturales a los que acompañan y de los que se separan por condensación o por fraccionamiento del GNL.

Propiedades:
El butano y el propano comerciales son mezclas de varios hidrocarburos con el fin de que sus propiedades y características se mantengan dentro de unos márgenes que garanticen su calidad.

Son gases en condiciones normales, pero cuando se enfrían por debajo de cierto valor o cuando se someten a presión se condensan en forma líquida.

Los GLP carecen de olor por lo que con el fin de que sea posible detectar una fuga, se les añade una pequeña proporción de unos productos químicos que tienen un olor muy fuerte. Generalmente se emplean con este fin mercaptanos.

Es necesario, sin embargo, tener en cuenta que se comercializan algunos GLP que por necesidades de la industria que los utiliza, carecen de olor (metalurgia, propelentes de “sprays”, mecheros, etc.) En estos casos no se podría detectar una fuga por el olor y para ello sería necesario el empleo de detectores de gases (tipo explosímetros, gasophon, detectores de ionización de llama, etc.).

Entre las propiedades de los GLP está la de ser más densos que el aire, por lo que cuando se produce una fuga, el gas tiende a acumularse en las partes bajas.

Por ello el paso de tuberías de estos gases a través de sótanos no es aconsejable y en los casos en que no hay otra posibilidad, dicho paso está condicionado a la aplicación de medidas de seguridad complementarias.

Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete