Riesgos de explosión y deflagración

La deflagración de mezclas gaseosas, según su composición, se produce normalmente, o con una llama azulada, sin producción de humos visibles o con una llama más o menos amarillo rojiza, con producción de humos negruzcos.

Los gases quemados residuales podrán a su vez arder en presencia de una nueva cantidad complementaria de aire.

La detonación produce daños mucho más elevados que la deflagración, ya que al ser supersónica puede llegar a romper elementos resistentes, mientras que los débiles pueden permanecer intactos.

Para que tenga lugar una detonación en una mezcla de propano, butano o gas natural con aire, es preciso que la deflagración inicial alcance una aceleración fuera de lo normal.

En condiciones normales las únicas mezclas de gases con aire que pueden originar una detonación son las del acetileno o las de hidrógeno, y no en todas las ocasiones, ya que las mezclas deben estar en proporciones más cercanas a las óptimas para su combustión que en el caso de las deflagraciones.

Las condiciones precisas para que los GLP o el gas natural detonen son tan inverosímiles que prácticamente se considera que no puede detonar.

Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete