Normas básicas de intervención en erupciones volcánicas

La zona de riesgo alrededor de un volcán está en un radio de unos 30 Km, pero hasta unos 160 Km hay algún riesgo.

Algunas explosiones en el cono pueden provocar lluvia de grandes rocas ardientes en varios kilómetros alrededor que pueden matar por el impacto, por enterramiento o por quemaduras.

Mientras se permanezca en zonas próximas a una erupción volcánica, se deben adoptar las siguientes precauciones:

– Usar ropa que cubra todo el cuerpo para evitar irritaciones y quemaduras.
– Protegerse la cabeza con casco.
– Usar gafas protectoras (no utilizar gafas de sol).
– Usar mascarilla antipolvo o, al menos, un paño mojado que cubra nariz y boca.
– Evitar las áreas cara al viento frente al volcán.
– Evitar las hondonadas y las áreas bajas donde pudieran acumularse gases venenosos o llegar inundaciones rápidas o avalanchas de rocas o lodos, incluso después de finalizada la erupción.
– Protegerse de las avalanchas de lodo recordando que van más deprisa que una persona. No da tiempo a apartarse. Ocurre cuando llueve sobre las cenizas o cuando los ríos son obstruidos por la erupción.
– No usar los edificios cercanos al cráter como refugio. La lluvia de cenizas y rocas puede provocar hundimientos e incendios.
– Al conducir por zonas donde esté lloviendo ceniza, recordar que puede bloquearse el motor y pararse.
– Al salir de la zona, quitarse la ropa y lavarse con agua limpia, y completamente, la piel y los ojos.

La protección de los bienes amenazados se consigue con medidas para detener o desviar las corrientes de lava como diques, riego para enfriamiento, bombardeo, explosivos.

Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete