Prevención de hundimientos. Medidas básicas de emergencia

Aligerar cargas

Si se observan deformaciones o grietas que puedan ser debidas a un exceso de carga, la primera precaución lógica consiste en rebajar esas cargas para evitar la progresión de los daños.

Esta operación es posible realizarla cuando la sobrecarga se debe a situaciones como las producidas por almacenamientos excesivos sobre forjados o por la acumulación de agua o nieve en terrazas y cubiertas.

En este sentido, debemos recordar que, en un incendio, no debe permitirse que el agua de la extinción se acumule en los forjados.

Ese peso, añadido al que ya soporta la estructura puede ser una sobrecarga que puede no ser resistida por la estructura
(Cada litro de agua pesa un kilogramo, luego una acumulación de 20 centímetros de altura en un sólo metro cuadrado equivale a una sobrecarga de 200 Kgs/m2).

Sanear elementos desprendidos.

Se deben retirar los elementos desprendidos que puedan suponer un riesgo de caídas en altura pero sólo si no se trata de elementos resistentes que soporten alguna carga.

Esta operación debe realizarse guardando la máxima precaución para evitar que las vibraciones de los golpes puedan provocar un hundimiento accidental en algún otro punto.

Controlar las grietas.

En el reconocimiento de las grietas, es fundamental controlar su evolución en el tiempo.

La forma más simple de hacerlo es colocando testigos, junto a los que se graba la fecha y hora en que se colocan y vigilándolos periódicamente.

Hay varios procedimientos:

Testigos de yeso: Se forma un rectángulo perpendicular a la dirección de la grieta aplicando una capa de yeso de un centímetro de espesor, aproximadamente.

La superficie de ese rectángulo se deja enlucida para que marque perfectamente cualquier rotura.

Clavos: Si las características del paramento lo permiten, se fija uno a cada lado de la grieta y se mide su distancia con un calibre.

Para mayor exactitud se marcan unas muescas a fin de hacer la medición siempre en el mismo punto.

Testigos de papel: Se fija un folio encima de la grieta pegandolo a cada lado de la misma para que quede bien tirante. Según el tipo de pegamento utilizado, se romperá o se despegará indicándonos si ha habido movimientos. No es tan efectivo como los procedimientos anteriores.

Testigos de vidrio: Pegado a cada lado de la grieta con un adhesivo idóneo como epoxi.

Sólo es válido en casos muy específicos.

Fotografía: La utilización de fotografías permite seguir perfectamente la evolución de los daños.
-Avisar a técnicos especializados.

Una vez se hayan adoptado las medidas preventivas de emergencia anteriores, se debe requerir al titular del edificio para que técnicos especializados realicen un estudio más detallado.

Los procedimientos más comunes que éstos van a utilizar son los siguientes:

-Calicatas y estudios geotécnicos para inspeccionar los cimientos
-Esclerómetro, ultrasonidos, radiografía o gammagrafía, sondas magnéticas para detección de metales, toma de muestras para análisis en laboratorio, para comprobar los daños en los elementos estructurales.
-Comprobación con rayos X o nucleares (Iridio 160) de los defectos en las soldaduras de estructuras metálicas.
-Apeos de emergencia.

Los apeos son estructuras elementales de madera (es recomendable usar madera nueva, no usada) o metálicas, que se utilizan para sostener provisionalmente los elementos estructurales de un edificio que estén en peligro de ruina inminente.

Como regla general, un apeo debe ser proyectado por un técnico especializado quien analizará el reparto de cargas y calculará las secciones y la posición de los elementos que componen el apeo.

No obstante, si la situación de emergencia no permite esperar la llegada de ese técnico, los Bomberos realizarán un apeo de emergencia.

En este caso, no habrá tiempo para cálculos por lo que deberán actuar por intuición, sobredimensionando los elementos del apeo para que garantizar un nivel de seguridad adecuado.

Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete