Personal de rescate

El responsable de los Bomberos determinará el número adecuado de personas que pueden trabajar a la vez en la Zona de Intervención teniendo en cuenta la necesidad de compatibilizar la seguridad de los que intervienen con la máxima eficacia y rapidez en los rescates.

Es evidente que si intervienen menos personas de las precisas no se podrá conseguir ni esa eficacia ni esa rapidez, pero tampoco se conseguirán si son demasiados porque se estorbarán y se pondrán en peligro unos a otros.

En consecuencia, las Fuerzas de Seguridad deberán retirar de la Zona de Intervención a todas las personas que no estén autorizadas por el Director Técnico responsable del Puesto de Mando Avanzado.

Las operaciones de rescate en hundimientos son agotadoras y prolongadas debido a su gran dificultad y a la situación psicológica que provoca el escenario del siniestro y la incertidumbre sobre la situación de las víctimas.

Por ello es fundamental que el responsable del Puesto de Mando organice un plan de frecuentes relevos que deberán ser obligatorios ya que el cansancio, aunque el afectado no se suele dar cuenta de ello, disminuye la eficacia y multiplica el peligro del que lo sufre.

No se admitirá el acceso a la Zona de Intervención de ninguna persona que no disponga de un equipo de protección personal adecuado (casco, guantes, calzado y ropa de trabajo).

El responsable del Puesto de Mando organizará a todo el personal disponible (Bomberos, Voluntarios de Protección Civil y otros colaboradores) en Equipos de Rescate y les asignará una misión concreta a cada uno. Nadie deberá “ir por libre” dentro de la Zona de Intervención ya que sería un peligro para los demás.

Todo el personal que intervenga en los trabajos de rescate debe permanecer atento a los sonidos que pudieran emitir personas enterradas vivas bajo los escombros y a todo tipo de ruidos, crujidos, desprendimientos, movimiento de grietas y cualquier otra circunstancia que pueda indicar un riesgo inminente de nuevos derrumbamientos o caída de materiales.

A este efecto se mantendrá un silencio absoluto en la zona de trabajo y en el entorno.

Es muy importante designar un número adecuado de vigías que deben permanecer constantemente atentos a cualquier señal que anuncie un nuevo derrumbamiento (a fin de dar la señal para que todos abandonen rápidamente la zona) y para controlar en todo momento dónde se encuentra cada participante en las operaciones.

Estos vigías nunca deben distraerse de su función ni siquiera para colaborar en un rescate.

Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete