Situaciones que agravan los daños personales

Aunque se dice que, el hecho de estar habituado a trabajar con instalaciones eléctricas, hace que algunas personas soporten mejor la corriente eléctrica que otras, es fundamental tener en cuenta que la electricidad siempre es peligrosa y que puede ser mortal.

Dentro de esta peligrosidad, deben considerarse como factores agravantes los siguientes:

Falta de protección aislante. Cuando se trabaja en o junto a instalaciones eléctricas, debe cortarse la corriente y, si ello es absolutamente imposible, debe procurarse un aislamiento que dificulte el paso de la corriente a la tierra a través de nuestro cuerpo.

Este aislamiento se consigue utilizando herramientas dieléctricas, calzado y guantes aislantes, etc.

Humeda. Los accidentes por electricidad se ven favorecidos por la disminución que la resistencia de la piel presenta con la humedad.

La piel seca tiene una gran resistencia, del orden de 40 000 ohmios para la corriente alterna, mientras que, con la humedad, tal como ocurre en intervenciones por incendio o por inundaciones, esta resistencia puede descender a unos 1200 ohmios, por lo que sólo con 100 v, la intensidad que pasa es tal que produce la muerte.

Sudoración. La sudoración también aparece como un factor que hace descender la resistencia de la piel y, por tanto, favorece la electrocución.

Tiempo de exposición. A más tiempo de exposición, mayores serán las lesiones
que se producen.

Distracciones. La corriente eléctrica viaja a la velocidad de la luz, de forma que podríamos decir que su velocidad de transmisión puede ser considerada como instantánea.

Cuando se trabaja cerca de instalaciones eléctricas en tensión, la utilización de escaleras metálicas o andamios, la proyección de agua, el manejo de grúas o vehículos, implica grave riesgo de electrocución por contacto directo o indirecto.

En el caso de líneas de Alta Tensión, el riesgo es mucho más grave por cuanto la electrocución puede llegar, aún a cierta distancia, sin necesidad de contacto (arco eléctrico que puede llegar a saltar a más de cinco metros de distancia según el voltaje).

-Determinados estados mentales Sueño, fatiga, sorpresa, hacen más peligroso el riesgo de electrocución.
Ingestión de alcohol Incrementa los daños por contacto con la corriente eléctrica.
-Algunas afecciones de la piel Pueden favorecer el paso de corriente eléctrica por el cuerpo.

Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete