El niño su carácter y habilidades

Nuestras palabras deciden, en un alto grado, la clase de persona que llegará a ser. Si le decimos: “Eres un tonto, un flojo, un antipático”, el niño se comportará de acuerdo con esos atributos y crecerá pensando que no vale nada. Los calificativos, las burlas o los apodos deforman la autoimagen del niño, lo desconciertan, lo avergüenzan y lo lastiman.

Incluso los elogios afectan la seguridad del niño.

Aunque el elogio parece positivo, afecta de manera desfavorable su autoestima. El niño que se acostumbra al elogio, acaba por necesitarlo ante cualquier esfuerzo que realice, por pequeño que sea; su satisfacción dependerá de las opiniones ajenas y no será capaz de apreciar por sí mismo su valía ni de tener un juicio propio acerca de lo que realiza.

Fuente: Guía para padres de la Consejería de Educación y Cultura del gobierno de Extremadura