Diferencia entre estímulo y elogio

El elogio se enfoca en la persona. Es decirle al niño: “Eres el mejor niño del mundo, eres tan inteligente, tan bueno, tan amable”. O: “Te quiero mucho por haber comido toda la sopa”.

El niño duda: ¿Qué pasará cuando me porte mal, cuando no entienda algo difícil o cuando esté de malas? ¿Me querrán mis papás cuando no tenga hambre?

En cambio, el estímulo no se dirige al niño ni a su carácter o cualidades sino a sus acciones, a las tareas que lleva a
cabo y a su satisfacción por realizarlas.

El elogio califica al niño y le pone condiciones: “Eres estupendo porque haces esto”. El estímulo aprecia sus acciones y lo anima, pero no lo juzga: “Es estupendo que hagas esto. Te felicito”. La diferencia es sutil pero muy importante.

Cultivar nuestra autoestima le hará un enorme bien a toda la familia.

Fuente: Guía para padres de la Consejería de Educación y Cultura del gobierno de Extremadura