Aprendizaje claro y directo

Las consecuencias naturales producen un aprendizaje claro y directo y un cambio mucho más rápido en el comportamiento del niño que cualquier discurso, amenaza o castigo.

Un niño que pega a un amigo provoca que éste le conteste el golpe o que ya no quiera jugar con él. Si el pequeño no se duerme temprano, va a estar cansado al día siguiente; si rompe su muñeco porque está enojado, no va a tener
con qué jugar.

Por supuesto que se necesita prudencia y sentido común para enseñar al niño a asumir las consecuencias naturales de sus actos.

Cuando ponen en peligro al niño, será necesario evitarlas a toda costa, pero cuando simplemente son incómodas para él, es bueno hacerse a un lado y dejar que ocurran.

Fuente: Guía para padres de la Consejería de Educación y Cultura del gobierno de Extremadura