Necesidades de padres e hijos

Necesidades Fisiológicas

Come adecuadamente
Descansa lo suficiente
Hace ejercicio
Goza de buena salud

Necesidades Afectivas

Se siente amado
Ama a alguien
Se siente estimado
Tiene buena comunicación con alguien en especial
Abraza con frecuencia a alguien

Necesidades De pertenencia

Forma parte de un grupo de amigos
Lleva a cabo actividades en grupo:
recreativas, deportes, manualidades, etcétera
Se siente parte importante de su familia
Está comprometido con su trabajo o con un ideal

Necesidades De recreación

Hace algún deporte
Participa en juegos con su familia
Disfruta de actividades cerca de la naturaleza
Asiste a fiestas y celebraciones de la comunidad, la familia o los amigos
Se da tiempo para disfrutar de las actividades que más le gustan

Necesidades De aprendizaje y autorrealización

Disfruta su trabajo
Invierte tiempo en aprender lo que le interesa
Tiene planes para el futuro

Necesidades De intimidad

Tiene momentos para estar a solas con usted mismo
Disfruta de tiempo a solas con su pareja
Puede confiar sus preocupaciones y alegrías a alguien:
pareja, amigo, pariente, etcétera

Necesidades De trascendencia

Cree que la vida tiene sentido
Cree que su existencia es útil para alguien más

Si en algún aspecto sus necesidades no están cubiertas, conviene revisar qué le falta y dedicar esfuerzo a atenderse. Que usted tenga una vida tranquila, sana y equilibrada es un beneficio muy grande para sus hijos.

Todos los seres humanos, desde el nacimiento, necesitamos cuidados especiales

Tenemos que comer, dormir, mantenernos limpios. Igual de importante es recibir cariño, atención, consuelo y caricias.

Los niños necesitan que sus padres les hablemos, los toquemos, los tomemos en brazos y juguemos con ellos.

Los padres hemos de dedicar gran parte de nuestro tiempo, energía y recursos en favor de nuestros hijos.

Su desarrollo depende de que estemos comprometidos con su bienestar.

Para cuidar a nuestros hijos, debemos atendernos también a nosotros

Todos tenemos necesidades que no podemos ni debemos descuidar.

Los adultos somos los responsables de nuestra propia felicidad y crecimiento.

Nadie más puede hacerlo por nosotros.

Si los padres aplazamos o renunciamos a nuestra propia alegría y a nuestro desarrollo, perdemos energía y capacidades para apoyar a nuestros hijos y darles felicidad.

Al descuidar nuestras necesidades, vamos acumulando un sentimiento de molestia y resentimiento

Los padres frustrados suelen estar cansados, de mal humor, enojados y violentos.

En ese estado podemos lastimar a los hijos de muchas maneras. El sacrificio no siempre es una virtud.

Es necesario recapacitar sobre nuestras necesidades, buscar formas que nos ayuden a satisfacerlas, darles un orden de importancia, definir cuáles debemos cumplir ahora y cuáles pueden esperar para ser satisfechas más adelante.

Es parte de la convivencia humana expresar y atender las necesidades propias, poner límites a los demás y pedirles su ayuda

Así, enseñamos a los hijos a hacer lo mismo y a reconocer que todos somos importantes.

Cuando los niños se sienten comprendidos y tomados en cuenta por sus padres, y ven a sus padres cuidarse a sí mismos, aprenden a respetar sus propias necesidades y las de los demás.

El mejor regalo que podemos dar a nuestros hijos es estar contentos, descansados y satisfechos, sentirnos útiles, disfrutar la vida, ser buenos amigos de nosotros mismos.

Al respetar las necesidades, espacios, tiempos e intereses, tanto nuestros como de nuestros hijos, creamos armonía entre todos y contribuimos con ellos al desarrollo de cada miembro de la familia.

Aprender a pedir y a dar afecto y cuidados es un proceso que se vive cada día y dura toda la vida.

Pruebe algunas de las siguientes recomendaciones

 – Esté atento a lo que necesitan usted y su pareja.

– Trate de entender las necesidades de su bebé en sus comportamientos. Él no sabe decir lo que le hace falta.

– Cuando su hijo ya pueda hablar, escúchelo. Aclaren juntos lo que necesita.

– Pida ayuda a su pareja o a otras personas cuando se sienta cansado, agobiado o nervioso.

– Cuide su propio bienestar. Descanse todo lo que necesite.

– Platiquen en familia sobre lo que necesita cada uno y busquen la manera de ayudarse unos a otros. Los niños pequeños también pueden colaborar en la medida de sus capacidades.

– Separe un momento del día para estar a solas y para hacer lo que le gusta.

– Dedique a su pareja y a cada uno de sus hijos un momento del día en forma exclusiva.

– Abrace y déjese abrazar y acariciar por su familia. Propicie que todos se sientan queridos y aceptados.

Fuente: Guía para padres de la Consejería de Educación y Cultura del gobierno de Extremadura