Nacimiento de un nuevo hermano

Cuando llega un nuevo bebé a la casa, todo cambia para el hermano mayor

Un pequeño desconocido está ocupando su territorio y le está quitando la atención de sus padres que antes era sólo para él.

Es una experiencia difícil y dolorosa que, con el tiempo, le traerá grandes satisfacciones.

Nuestro hijo necesita una preparación muy cuidadosa para la llegada del nuevo hermanito

Es importante hablar mucho con él, platicarle cuándo nacerá el bebé, qué va a pasar con él en ese momento, cómo va a ser para nosotros y para él contar con un nuevo miembro en la familia.

Y sobre todo decirle cuán importante, especial y querido es él para nosotros. Nadie puede quitarle nuestro amor.

Por muy bien preparado que esté, el niño resiente la atención al hermano recién nacido

Nuestro hijo puede expresar su desconcierto de varias maneras. Una es portarse de nuevo como un bebé.

Como advierte que gran parte de nuestro tiempo y atención es para su hermanito, puede sentirse abandonado y pensar que es mejor ser pequeño: «A mí ya no me hacen caso como antes.

A este bebé le dan todo, por lo tanto hay que ser como él».

Para recuperar su lugar, el niño regresa a comportamientos que ya había superado: si ya caminaba, gatea; si ya había dejado los pañales, vuelve a necesitarlos; si ya hablaba bien, ahora usa un lenguaje más infantil.

Nosotros podemos ayudarle haciéndole ver las ventajas de ser grande

«Tú puedes comer dulces, andar en triciclo, comer con nosotros en la mesa, platicar.

Los bebés no pueden hacerlo».

Si el niño insiste en tomar biberón, usar pañales o balbucear, resulta útil invitarlo a jugar a que él es bebé.

Permita que se divierta un rato con este juego y después pase a “cosas de grandes”, para que sea su compañero en actividades que sólo él es capaz de realizar.

Desde los primeros días, nuestro hijo mayor debe ser un aliado

Se sentirá tomado en cuenta si le pedimos que nos acompañe en el baño del bebé, en el cambio de pañales o la preparación del biberón.

Para ayudarlo a calmar sus celos, podemos decirle algo como: “Te necesito. Qué bueno que te tengo para que me ayudes.”

Así se sentirá reconfortado, contento y orgulloso pues reconocemos sus avances de niño “grande”.

Es necesario observar al niño con mucho cuidado. Los celos más intensos no siempre se presentan cuando mamá llega del hospital

Al principio, el niño está enojado por el reacomodo familiar, no le gusta dejar de ser el único.

Luego, viene un periodo de calma pues se da cuenta de que el bebé no es capaz de realizar las actividades que él domina.

Pero cuando el hermanito empieza a tomar sus cosas o a atraer el interés de los adultos con sus gracias, vuelven los celos de una manera más intensa.

Si se siente en desventaja, el niño tiene necesidad de competir por la atención de sus padres y de otros familiares

A veces lo hace con juegos, pero otras también se porta de modo agresivo. Puede empezar acariciando al hermanito y terminar pellizcándolo o mordiéndolo.

Es muy difícil para él contener este impulso. Cuando se acerque al bebé, debemos estar junto a él y ayudarlo a controlarse.

Necesitamos comprender sus sentimientos, pero no podemos permitir la conducta negativa pues no le hace ningún bien.

No se trata de castigarlo sino de hablarle de manera calmada y cariñosa: “Sé que estás enojado pues quisieras que te viera sólo a ti y no a tu hermano. Pero no puedo aceptar lo que haces.

Si en este momento te sientes celoso, ven conmigo; yo quiero estar cerca de ti”.

Cada hijo tiene un lugar especial en la familia y en el corazón de sus papás

Pero es indispensable que cada uno lo sepa y lo escuche con frecuencia. Observemos si el niño se aísla cuando siente que lo hacen a un lado, si se va a un rincón con la carita triste y el dedo en la boca mientras ve que a su hermanito le hacen fiestas y cariños.

Cuando esto suceda, es muy importante acercarnos a él y hacerlo sentir querido y atendido.

Un hermano puede ser su compañero más valioso en la niñez y su amigo más cercano

Para ayudar a nuestros hijos a quererse y disfrutarse, debemos dar amor y cuidados a cada uno, dedicarles un tiempo de juego individual y de atención especial.

Si ambos se sienten queridos y aceptados, más adelante, ante las dificultades familiares o de la escuela, recurrirán el uno al otro de manera natural y establecerán relaciones de sana complicidad, comprensión y apoyo mutuo.

Pruebe algunas de las siguientes recomendaciones

– Si está usted esperando otro hijo, prepare a su niño mayor durante el embarazo: háblele de que pronto tendrán un nuevo miembro en la familia, deje que sienta los movimientos del bebé en su vientre.

– Pregúntele cuáles son sus deseos y qué piensa sobre su hermanito por llegar.

– Permita que exprese todo tipo de sentimientos acerca del bebé.

– Hágale ver las ventajas de tener un hermano: cuando crezca un poco, va a tener con quien jugar y acompañarse.

– Dígale con mucha claridad qué va a suceder en el momento del nacimiento: dónde va a dormir, quién va a ir por él a la escuela, quién le va a dar de comer.

– Trate de que las rutinas de su niño cambien lo menos posible.

– Dedique a su niño algunos momentos para hacer actividades de “grandes”.

– Invítelo a ayudarlo en los cuidados del bebé.

– Hable mucho con él sobre las razones por las que el bebé necesita su atención.

– Anime a su niño a relacionarse con su hermanito: que le hable, lo haga reír.

– Dígale: “Mira cómo te ve. Seguro que le gustas».

– No haga comparaciones entre los dos hermanos.

– No deje al niño solo con el bebé, pues podría lastimarlo.

– Acepte con tranquilidad que su niño se comporte otra vez como bebé, pero no lo anime a hacerlo.

– Enséñele fotos de cuando él era pequeño. Platíquele de las “gracias” que hacía.

– Déle juguetes, osos o muñecas con los que pueda jugar y expresar sus sentimientos.

– Reserve un tiempo para jugar con el niño sin que esté su hermanito presente. El niño debe saber que usted lo atiende y lo quiere.

Fuente: Guía para padres de la Consejería de Educación y Cultura del gobierno de Extremadura