Inteligencia colectiva y ciencia

Cuando el virus SARS apareció en 2003, la Organización Mundial de la Salud se puso en alerta inmediatamente. Once laboratorios en todo el mundo colaboraron para identificar el virus y conseguir un tratamiento para el mismo.

Este fue un proyecto particularmente exitoso a pesar de que no había nadie a cargo del mismo. La Organización Mundial de la Salud aportó la información, pero nunca trató de dirigir las investigaciones. Así pues, cada laboratorio tomó sus propias decisiones.

De igual modo, la ciencia avanza en diversas áreas sin la existencia de una dirección central. La ciencia es un quehacer colectivo porque los científicos publican sus resultados para que puedan ser examinados por otros colegas. Esto permite que los errores sean corregidos por otros científicos.