Fusiones y adquisiciones: algunos pecados mortales

Las fusiones y adquisiciones son dos caminos, aparte del crecimiento orgánico, que las compañías pueden seguir para crecer. Sin embargo, las fusiones y adquisiciones se parecen a veces a la muerte. De repente, todo aquello por lo que hemos trabajado parece nulo y vacío. A pesar de todo esto, las compañías deben tratar de hacer fusiones. Son el camino rápido hacia un crecimiento rentable.
Las fusiones amplían los objetivos, aumentan los productos y clientes, y permiten que los empleados mejoren.

Existen siete errores relacionados con las fusiones:

1. Creer que es posible una fusión entre iguales: si este es el caso, nada se hace a la manera de ninguna de las partes.
2. Concentrarse demasiado en la evaluación financiera y dejar de lado la evaluación cultural: las compañías suelen tener distintos modos (a veces, incompatibles) de hacer negocio.
3. Entrar en una situación de “rehén al revés”: es decir, que la compañía adquirente ha hecho tantas concesiones en la compra que luego la compañía adquirida termina haciéndose con el poder.
4. Una integración demasiado tímida: una buena fusión debe estar lista en 90 días.
5. El “síndrome del conquistador”: es decir, la compañía adquirente reemplaza hasta a los gerentes de la compañía adquirida y cierra así toda posibilidad de que haya un influjo de nuevo talento.
6. Pagar demasiado: de modo que no se recuperen los costos tras la integración.
7. Resistirse al negocio: esto suele ser un acto suicida para la carrera de una persona. Apoye la dirección que ha elegido la compañía.