Desalojo de las aguas pluviales

Una de las contradicciones de nuestro país, es la desigual distribución de su riqueza hidrológica, abundante al grado de inundación en algunas zonas y sin embargo escasa en amplias regiones.

El aprovechamiento de este recurso deja mucho que desear, se vierte o se contamina con los drenajes de las urbes. La opción lógica sería captar el agua durante las lluvias, almacenándola para aprovecharla en épocas de sequía o estiaje.

En techos (azoteas)

Para desalojar el agua de lluvia en techos se le da inclina-ción a la losa o losas, de acuerdo con la precipitación.

En losa plana; hay que dar una pendiente mínima de 2% con el relleno para la correcta eliminación del agua pluvial. Las aguas se desalojan por medio de tuberías (bajantes de aguas pluviales) o gárgolas.

Es conveniente y recomendable captar el agua de lluvia en tambos, tanques, cisternas, u otros recipientes para su futuro aprovechamiento.

La nieve y el granizo

Sobre todo en el norte de la República, se da este fenómeno meteorológico, y la solución para evitar que se acumule es darle mucha inclinación a los techos.

En pisos

Para desalojar el agua de lluvia de los pavimentos se les da bombeo, es decir, inclinación o pendiente, buscando dirigirla a zonas verdes, terracerías, o donde se recolecte el agua para su salida al drenaje municipal.

La pendiente mínima recomendable es de 1 por ciento.

En zonas de baja precipitación pluvial (poca lluvia), o de clima semiárido, lo óptimo es captarla para su posterior utilización.

Se utilizarán materiales permeables, que permitan la filtración al suelo para mantener los mantos acuíferos, así como ríos subterráneos, el nivel freático y la estabilidad del subsuelo.

Fuente: Manual de autoconstrucción, manos a la obra de IMCYC