Tipo de datos en las decisiones

Cuando se analizaron el modelo costo-volumen-utilidad y el costeo variable se explicó la importancia de la clasificación de los costos en variables y fijos.

En el tema de la toma de decisiones a corto plazo, la clasificación de costos necesaria es la de costos relevantes e irrelevantes. Los primeros son los costos que pueden ser incrementados o disminuidos ante un determinado curso de acción; en cambio, los costos son irrelevantes cuando permanecen constantes. Los costos relevantes son costos desembolsables, y es conveniente aclarar que ciertas partidas pueden ser relevantes en una ocasión e irrelevantes en otras. Por ejemplo, la depreciación.

Si se analiza la alternativa de fabricar una pieza o comprarla de un tercero, la depreciación del edificio de la fábrica es irrelevante. Independientemente de la decisión que se tome, no va a cambiar el costo. En cambio, si se está decidiendo sobre la economía que resultará al recorrer un kilómetro en un automóvil u otro, la respuesta dependerá del número de kilómetros recorridos por cada uno de ellos. La depreciación de cada automóvil no cambia. Por tanto, cuanto mayor cantidad de kilómetros se recorran en un año, será menor el gasto por kilómetro. Lo importante para decidir en cuál automóvil cuesta menos cada kilómetro recorrido, no es la gasolina, el aceite, etc., que son costos variables; el costo decisivo es la depreciación, que es un costo fijo. Analizaremos a continuación los diferentes conceptos de costos que influyen en la separación de costos relevantes e irrelevantes.

¿Cómo deben ser considerados los costos variables? ¿Son siempre relevantes? No todos los costos variables son relevantes; sin embargo, el hecho de que este tipo de costos sea susceptible de modificarse con el volumen lleva a pensar que en la mayoría de las situaciones asumen el papel de relevantes. Un ejemplo de que los costos variables son irrelevantes es el caso del análisis de los tipos de almacenes para materia prima; es relevante la renta de cada tipo de almacén, que es un costo fijo, pero es irrelevante el costo de materiales que es variable.

La posibilidad de encontrar costos fijos relevantes es remota, pero esto no exonera del deber que tiene todo administrador de investigar con precisión la existencia de partidas fijas relevantes; un ejemplo puede ser la idea de abrir una gerencia dentro de la dirección de producción: el costo del sueldo del nuevo gerente, que es fijo, es relevante, mientras que el sueldo del director de producción, que también es fijo, es irrelevante.

En síntesis, generalmente los costos variables son relevantes y los costos fijos irrelevantes. Una partida que puede dar origen a errores es la de la depreciación, costo originado por un activo adquirido en el pasado, cuya decisión es irreversible. Este concepto tiene que ver fundamentalmente con las inversiones a largo plazo, y excepcionalmente con decisiones a corto plazo, como se explicó antes. Querer incluir la depreciación como costo relevante en las decisiones a corto plazo es erróneo y puede conducir a decisiones equivocadas.

Fuente: Apuntes de Contabilidad Administrativa de la Unideg