La Atmósfera y el océano

Introducción

La atmósfera y el océano entran en contacto en un elevado porcentaje de la superficie terrestre, con recíprocas influencias. La atmósfera gobierna la circulación general oceánica e influye sobre las propiedades del agua del mar, mientras toma del océano parte de su energía y constitución.

Influencia de la atmósfera sobre el océano

· Formación de olas y corrientes: la circulación general atmosférica es la causa de las corrientes oceánicas de superficie a pequeña escala, sin despreciar la influencia de otras fuerzas.

· Modificación del porcentaje de sales (densidad): a través de las precipitaciones y la evaporación.

· Calentamiento del mar: las condiciones atmosféricas, por la posición y número de las nubes, determinan cuánto y donde el océano será calentamiento.

· Presión: las altas y bajas presiones atmosféricas implican un aumento o descenso de la presión en las aguas.

Influencia del océano sobre la atmósfera

El océano ejerce una influencia notable sobre la atmósfera en función de que aporta:

· Transferencia de humedad. El océano transfiere la humedad a través de la evaporación, de vital importancia en la circulación atmosférica, pues representa el primer eslabón del ciclo hidrológico.

· Transferencia de calor. El aire tiene mucha menor capacidad térmica que el agua y cuando sopla sobre las aguas tiende a alcanzar su temperatura. Así pues, el agua de los océanos aporta a la masa de aire una gran cantidad de calor. De este modo, las denominadas masas de aire marítimas (aire tropical marítimo y aire polar marítimo) toman el calificativo por adquirir las características propias de las aguas sobre las que se localizan. El efecto de la transferencia de calor es más acusado en unas zonas que en otras, según la temperatura de las masas de agua y su movilidad. Existe una interacción entre la temperatura del aire y del océano para evitar los contrastes térmicos. El mar está más caliente que el aire en el Ecuador (0’4°C); en los trópicos, hasta 10° de latitud, está menos caliente (1’2°C por debajo de la temperatura del aire), y a partir de los 40° de latitud, su temperatura vuelve a ser superior a la del aire (a 50° de latitud, unos 2°C). Un importante efecto de la interacción en el proceso de evaporación es el aumento de la salinidad de las aguas y su densidad. Otra incidencia importante es la formación de los ciclones tropicales que se desarrollan en los océanos en latitudes comprendidas entre los 8° y los 15° (Norte y Sur). En su formación influye la alta temperatura de la superficie de las aguas (unos 27°C), con un fuerte calentamiento de las capas bajas del aire, lo que da lugar a una gran inestabilidad.

· Transferencia de sales. El océano contribuye en la aportación de núcleos de condensación debido a las sales en suspensión en las masas de aire, que confiere mayores posibilidades de precipitación.

Interacción aire-mar-tierra

La distribución de las masas continentales cambia la configuración y movilidad de las masas atmosféricas y de las masas oceánicas. En este sentido, deben tenerse en cuenta los aspectos:

· Insolación: tierra y océano controlan el calentamiento de la atmósfera, dando lugar a los distintos centros de acción.

· Influencia de las brisas mar-tierra: la menor variabilidad de la temperatura de las aguas marinas ejerce un papel de regulador térmico, y en verano las regiones costeras están más frescas y en invierno se atemperan.

·  Desviación de las corrientes marinas superficiales debido al efecto de los continentes: los vientos llevan las aguas contra el continente, y éstas tienden a diverger su trayectoria inicial en sentido norte y sur, al tiempo que la presión del agua ejerce un empuje hacia abajo. Sin continentes, las corrientes se moverían en círculo alrededor de la tierra.

Fuente: www.geocities.com/CollegePark/Pool/2741/