Los tipos de jerarquías naturales y culturales

Todo lo que nos rodea en sociedad está lleno de valores jerárquicos. Desde el semáforo que regula el tráfico al trato especial de que goza un jefe de gobierno. La naturaleza tampoco se libra de prioridades. Consideremos la forma de alimentación de los polluelos en el nido o el orden en la comida de un grupo de leones. Muchas de estas jerarquías se asocian a patrones visuales lógicos, que usamos sin apenas caer en la cuenta.

Es lo que puede suceder al ceder el puesto en una mesa a la hora de comer o en la configuración que adoptamos cuando van a hacernos una fotografía. Veamos ahora algunos de estos elementos de lógica visual que afectan o son afectados por valores jerárquicos.

La jerarquía arriba / abajo

Se manifiesta como la prioridad de lo superior en el espacio o en el plano, que presenta una conexión directa con lo superior en el orden de las ideas o en el orden moral. La imagen reproducida más abajo establece una jerarquía entre las letras que tiene una de sus bases más relevantes en su posición relativa superior / inferior. 

Jerarquía arriba-abajo
La letra M supera en visibilidad a las otras letras por el hecho de estar más alta y destacar. Para localizarla, el organismo gasta menor cantidad de energía. Su posición respecto los otros elementos le sirve de base de proyección.

Jerarquía grande / pequeño

Es una de las más utilizadas. En términos generales, abundan las situaciones en las que el valor de las cosas es proporcional a su tamaño físico, respecto de las cosas que hay a su alrededor. Un fenómeno que ya encontramos en el arte egipcio, en el que se nos muestran gigantescos faraones imperando sobre ejércitos de diminutas figurillas. 

Jerarquía grande y pequeño
La letra F presenta ese dominio faraónico sobre el resto de las letras que la acompañan. Esa fuerza caracteriza el diseño y hace que éste sea leído en un orden determinado.

Jerarquía centrado / periférico

Esta jerarquía visual también es de las más utilizadas y ha sido denominada «fuerza del centro«. Tiene su primer fundamento en la estructuración simétrica que presentan tantos seres y sucesos de la naturaleza. Una ley que captamos y proyectamos a numerosos hechos o cuestiones de trascendencia social.

En la imagen que presentamos, la línea central, a pesar de su menor tamaño, adquiere una fuerza extra a causa de la situación que ocupa. De la misma manera, una persona que ocupa el centro de una mesa un acto social, toma para sí ese factor de jerarquía visual.

Jerarquía centrada y periférica

Jerarquía de lo contrastado

Este tipo de jerarquía visual actúa mediante un juego de choque perceptivo. Aquello que contrasta salta hacia nosotros sin necesidad de que nosotros vayamos hacia él. Su primitivo fundamento es el de un acto de defensa, ligado a la exploración del medio en que nos movemos. 

Jerarquía contrastada

Jerarquía de lo separado frente a lo grupal

Un viejo y desgastado chiste hacía decir a un vigilante en un fuerte del oeste americano: «¡vienen dos mil tres indios!». A la pregunta de cómo lo sabía, su respuesta era: «porque delante vienen tres y luego unos dos mil». Ciertamente, eso es lo que sucede en nuestra percepción: vemos lo separado y después el grupo. O si se prefiere, los grupos tienden a formar unidades de mayor nivel: tres árboles y un bosque. En la imagen reproducida aquí junto la letra h se beneficia de esa situación y salta hacia el espectador como un elemento con valor en sí mismo. El resto es «un» bloque, pero su complejidad formal requiere de nosotros mucho más tiempo de atención, que no siempre estaremos dispuestos a dar.

Jerarquía de lo separado

Jerarquía de lo brillante

En términos generales, todo aquello que irradia ha sido valorado por las más diversas culturas: desde el oro hasta los atributos iconográficos de la santidad, con sus aureolas luminiscentes. Toda radiación tiene fuerza visual. Y casi toda fuerza visual puede traducirse en fuerza física. 

Fuente: Introducción a la tipografía de la Universidad de Londres