Mycoplasma pneumoniae

Es la causa más frecuente de neumopatías atípicas en niños y adultos. El agente etiológico es un organismo pleomórfico carente de pared celular, perteneciente al género Mycoplasma, que se une al epitelio respiratorio introduciéndose entre los cilios de éste, produciendo daño directo aparentemente por la producción de radicales libres. Este daño celular induce ciliostasis, lo que explica la tos persistente que produce la infección por este germen.

Epidemiología

Es un germen endémico en áreas urbanas y rurales con brotes epidémicos cada 4 a 7 años. La mayor incidencia ocurre en el grupo etario de 5 a 9 años, seguido por el grupo de 10 a 14 años, y luego por los menores de 5 años. En el pasado se consideraba que la incidencia en el grupo de menores de 5 años era muy baja, pero actualmente debe considerarse como agente etiológico importante en este grupo de edad. La incidencia en menores de 6 meses es realmente infrecuente. Su período de incubación es de aproximadamente 3 semanas.

Manifestaciones clínicas

La sintomatología respiratoria es la más frecuente, siendo la neumonía la manifestación principal. El inicio es usualmente gradual (días) presentándose compromiso del estado general, fiebre (37.8 – 39.5 C) y cefalea.

La tos aparece 3 a 5 días más tarde, siendo inicialmente no productiva, en paroxismos y más tarde productiva, con secreción mucosa, a veces con estrías de sangre. La coriza es un antecedente infrecuente. Otros síntomas como calofríos, odinofagia, dolor torácico, nauseas, vómitos y diarrea son frecuentes de observar.

En el examen físico pulmonar destaca la presencia de hiperinsuflación, con sibilancias y crepitaciones gruesas. Usualmente la escasa signología pulmonar es discordante con el compromiso respiratorio del paciente, hecho que suele ser una clave diagnóstica importante para sospechar en la presencia de infección por Mycoplasma pneumoniae.

Se puede observar la aparición de pequeño derrame pleural marginal hasta en el 20 % de los casos (utilizando la técnica radiológica en decúbito lateral). Dentro de las manifestaciones extrapulmonares se describen múltiples alteraciones, como la otitis media aguda o miringitis bulosa, exantema máculopapular y vesicular que pueden llegar hasta el eritema multiforme. La presencia de eritema multiforme durante o después de una neumonía es altamente sugerente de infección por Mycoplasma pneumoniae.

Otras manifestaciones importantes son las neurológicas (meningoencefalitis), cardiológicas (miocarditis), gastrointestinales (disfunción hepática), hematológicas (anemia hemolítica), musculoesqueléticas (artralgias) y génitourinarias (glomérulonefritis aguda), las que pueden observarse durante, o hasta 3 semanas de iniciada, la sintomatología pulmonar. La evolución de los síntomas respiratorios sin tratamiento apropiado es de 3 a 4 semanas.

Exámenes de laboratorio

Los hallazgos radiológicos son variables y no específicos y pueden incluir varias características, dentro de las que hay que destacar:

Imágenes de relleno alveolar del tipo neumonía, siendo de preferencia unilateral (87%), localizada con mayor frecuencia en las bases pulmonares.

Atelectasias lineales de grado variable, que pueden comprometer a todo un lóbulo pulmonar.

Infiltrado nodular (infrecuente).

Adenopatías hiliares (infrecuente), en las que hay que considerar la tuberculosis en el diagnóstico diferencial.

Hemograma: Es inespecífico, el recuento leucocitario puede ser normal o estar moderadamente elevado (neutrofilia). En la etapa aguda de la enfermedad, la VHS puede estar moderadamente elevada.

– El Test de Coombs, anticuerpos antinucleares y VDRL pueden estar positivos en forma inespecífica.
Diagnóstico:

Cultivo: es técnicamente difícil de realizar y no se ocupa como herramienta diagnóstica en la práctica clínica.

Reacción de polimerasa en cadena: posee una sensibilidad de 73% y una especificidad de 94%. Esta baja sensibilidad se explicaría por la presencia de inhibidores de la DNA polimerasa en las muestras obtenidas.

Serología

Crioaglutininas: Mide autoanticuerpos contra IgM, los cuales aglutinan eritrocitos a la temperatura de 4 grados C. Entre el 30 a 75 % de los pacientes con neumonía por Mycoplasma pneumoniae tendrán positivo este examen. Tienden a ser positivas a partir de la primera semana y a desaparecer al cabo de 2 a 3 meses. Las crioaglutininas se pueden realizar en forma cuantitativa en laboratorio (considerándose como positivo valores de 1/32 o superiores), o en forma cualitativa al lado de la cama del enfermo. Niveles de 1/64 en la técnica cuantitativa se correlacionan con niveles positivos en la cualitativa. La forma de realizar la técnica cualitativa consiste en colocar 0.3 -0.4 ml de sangre del paciente y colocarlo en un tubo con anticoagulante (tapa azul). La relación sangre anticoagulante debe ser de 1/1. Luego se coloca en hielo y se observa la aglutinación, la cual debe ser reversible una vez recalentado el tubo.

ELISA: mide niveles de IgM e IgG específicos para Mycoplasma pneumoniae, es el método más utilizado en la actualidad, con buenos resultados a partir de los 5-7 días de enfermedad.

Fijación de complemento: posee baja sensibilidad en niños. Se busca un ascenso de 4 veces en los títulos de anticuerpos para considerarlo positivos.

Tratamiento

Eritromicina 50 mg/kg/día, dosificado cada 6 horas por 14 días (máximo 2 gr/día) o claritromicina 15 mg/Kg/día, c/12 h x 14 días. Otros esquemas de tratamiento que incluyen roxitromicina y azitromicina (10 mg/kg/día por 5 días) se han postulado como efectivos, sin embargo los trabajos que demuestran esto en la población pediátrica son escasos.

Fuente: Manual de pediatría por el Dr. Ignacio Sánchez D. y el Dr. Nils Linus Holmgren P. de la escuela.med.puc.cl