Hernias y patologia del proceso peritoneo-vaginal

A partir de la semana 28 de gestación, el testículo desciende por el proceso vaginal o conducto peritoneo-vaginal hasta el escroto, sobre la guía del gubernaculum testis, la presión intra-abdominal y la acción de la dihidrotestosterona, cerrándose posteriormente antes o inmediatamente después del parto. La persistencia de este conducto puede ser variable, dando origen a diferentes presentaciones clínicas.

La hernia inguinal indirecta corresponde al 98% de las hernias en Pediatría y se debe a una amplia persistencia del conducto peritoneovaginal. La incidencia de hernias inguinales en los niños es de un 1,5%, siendo más frecuente en varones, y un 65% corresponde al lado derecho. En un 15% son bilaterales. Los prematuros tienen una incidencia 2 a 3 veces mayor.

Esta hernia se presenta como un aumento de volumen inguinal o inguinoescrotal fluctuante, que puede aparecer posteriormente a un cuadro bronquial obstructivo, constipación o aumento de la presión intra-abdominal. Puede asociarse a irritabilidad y llanto por tracción del meso o por compresión visceral.

El diagnóstico es clínico siendo muy importante el dato aportado por los padres. Generalmente, luego de maniobras de Valsalva se palpa el contenido herniario o sólo se palpa el saco (signo de la seda) deslizando los dedos sobre le anillo inguinal superficial. El cordón espermático – o el ligamento redondo en la mujer – están más engrosados que el contralateral.

El diagnóstico diferencial se hace con adenopatías, criptorquidia o testículo en ascensor. Es importante diferenciar en las mujeres un ovario herniado de un ganglio inguinal.

Las hernia inguinal complicada ocurre en el 5% de las hernias inguinales, más frecuentemente en los menores de 1 año. Si el contenido herniario no se puede reducir, se habla de hernia inguinal atascada, si es que no hay signos objetivos de compromiso vascular, a diferencia de la hernia inguinal estrangulada. Cuando el contenido de la hernia inguinal complicada es intestinal el cuadro puede presentarse como una obstrucción intestinal.

La hernia inguinal se opera cuando se diagnostica, previa evaluación preoperatoria. Sólo se puede diferir transitoriamente por un cuadro médico concomitante, si la hernia es reductible. La hernia atascada de más de 6 horas de evolución y la hernia estrangulada son de resorte quirúrgico de urgencia.

Es importante en la exploración verificar la indemnidad intestinal y testicular. La exploración contralateral en lactantes es de rutina en: niñas, prematuros o cuando la hernia es izquierda, por la alta probabilidad de un proceso peritoneovaginal presente al lado derecho.

El hidrocele del testículo es un acúmulo de líquido peritoneal a nivel de la vaginal testicular en el escroto, por una fina persistencia del canal peritoneovaginal. Se presenta como un aumento de volumen fluctuante a nivel escrotal, siendo de mayor tamaño durante el transcurso del día. Por ello, recibe el nombre de hidrocele comunicante. Si el hidrocele aparece de manera brusca, puede confundirse con una hernia complicada. Signos como consistencia renitente, transiluminación positiva, color azuloso, ausencia de dolor y de signos inflamatorios locales y hallazgos típicos al ultrasonido permite hacer el diagnóstico diferencial.

El tratamiento es conservador, con cierre espontáneo del proceso vaginal, especialmente durante el primer año de vida (95%). Cuando ocurre el cierre, el hidrocele deja de ser fluctuante y se transforma en hidrocele no comunicante, signo de buen pronóstico de resolución espontanea. Si persiste el hidrocele o aparece después del año, tiene indicación operatoria, que consiste en el cierre del canal peritoneo vaginal persistente.

El hidrocele del cordón o quiste del cordón en hombres, o quiste de Nuck en mujeres, corresponde a una persistencia del canal peritoneo-vaginal a nivel del cordón con cierre proximal y distal. En general es asintomático y también se trata en forma expectante, operándose sólo en niños mayores de un año.

Fuente: Manual de pediatría por la Dra. Paulina Baquedano la escuela.med.puc.cl