Invaginación intestinal

La invaginación intestinal es una de las causas frecuentes de abdomen agudo en el lactante. Su cuadro clínico debe ser sospechado precozmente ya que el tratamiento es de urgencia. Causada por la introducción del intestino dentro del intestino, habitualmente hacia distal, se produce un efecto similar al de «arremangarse la ropa«.

Lo más frecuente es que ocurra al penetrar el íleon distal dentro del colon ascendente. Este puede avanzar recorriendo todo el colon, provocando por tanto, un cuadro de obstrucción intestinal baja, con las manifestaciones clínicas característica.

Clásicamente se presenta en un lactante de unos seis meses de edad, sano, eutrófico, y sin antecedentes mórbidos, que comienza con dolor abdominal intenso, de tipo cólico, acompañado de signos neurovegetativos muy marcados, como la palidez y sudoración fría.

Entre las crisis de dolor el niño vuelve a su estado normal, pudiendo ser discordante, muchas veces, el examen clínico con la anamnesis. Cuando la invaginación progresa con el transcurso de las horas, el niño presenta decaimiento, rechazo alimentario y finalmente deposiciones alteradas, sanguinolentas, clásicamente descritas como «mermelada de grosella«. Esto es consecuencia de la isquemia intestinal lo cual explica la urgencia del cuadro, ya que si la invaginación no es tratada prontamente, se produce una peritonitis por necrosis y perforación intestinal. Idealmente se debe diagnosticar esta entidad antes de alterarse las deposiciones, con el cuadro de cólicos intestinales característicos.

Actualmente el examen de elección ante la sospecha de esta enfermedad, es la ecografía abdominal, la cual en buenas manos, prácticamente corrobora el diagnóstico. Confirmado este, debe realizarse inmediatamente el tratamiento. La laparatomía exploradora con reducción quirúrgica era el único procedimiento terapéutico hasta no hace mucho tiempo y aún, es, la única alternativa, en muchos servicios de urgencia en Chile.

Existe, además, un tratamiento conservador, no quirúrgico, que consiste en la desinvaginación por enema. Para esto se emplea un medio de contraste como es el bario diluido, que se introduce a una presión dada. Esta es la desinvaginación hidrostática. Recientemente se cambiado el bario por el aire, estableciéndose la desinvaginación neumática, que ha demostrado ser mas rápida, inocua y con un porcentaje de éxito mayor que la hidrostática (94% versus 73% en nuestra experiencia).

Fuente: Manual de pediatría por el Dr. Sergio Zúñiga R. la escuela.med.puc.cl