Los modelos en la empresa

Los modelos suelen desempeñar diferentes papeles en distintos niveles de la empresa. En los niveles más altos, los modelos por lo común aportan información en forma de resultados y conocimientos, pero no necesariamente decisiones recomendables. Son útiles como instrumentos de planificación estratégica: ayudan acrear pronósticos, explorar alternativas, desarrollar planes para múltiples contingencias, acrecentar la flexibilidad y abreviar el tiempo de reacción.

En niveles inferiores, los modelos se usan con más frecuencia para obtener decisiones recomendables. Por ejemplo, en muchas plantas las operaciones de la línea de montaje están totalmente automatiza-das. En algunos casos, como en el ejemplo de AT&T, las decisiones se desarrollan mediante un modelo de la operación y se llevan a cabo de inmediato, en todo ello la gerencia sólo participa de modo excepcional.

Sin embargo, lo más común es que la aportación de la automatización a la construcción de modelos consista en facilitar la recopilación de datos acerca de las operaciones. Después los administradores emplean esos datos para la actualización periódica de su modelo en la hoja de cálculo electrónica. Más tarde, el modelo revisado vuelve a ser analizado para extraer de él nuevas recomendaciones que sustenten la toma de decisiones, después de lo cual tiene lugar la reinterpretación e implementación de nuevas decisiones por parte de la gerencia.

Los modelos tienen distintas aplicaciones en los diferentes niveles de la empresa, por varias razones. A medida que se desciende en los niveles de una organización, las alternativas y los objetivos pueden volverse más claros. Es cada vez más fácil especificar cuantitativamente las interacciones, con frecuencia los datos precisos son más accesibles y el ambiente futuro implica menos incertidumbre. Además, la frecuencia de la toma de decisiones repetidas es alta, lo cual brinda la oportunidad de amortizar el costo del desarrollo del modelo y la recolección de datos entre muchas opciones para tomar una decisión.

Por ejemplo, en el nivel más bajo de la jerarquía, las decisiones pueden referirse a cómo programar las operaciones de una máquina en particular. Sabemos qué productos serán fabricados en ella y los costos de los cambio s necesarios para pasar de la fabricación de un producto a la de otro. La meta del modelo puede consistir en encontrar un programa de operaciones que produzca las cantidades necesarias en las fechas requeridas y minimice los costos por concepto de cambios y almacenaje.

Compare usted la claridad y el carácter explícito d e ese problema con una decisión de la alta gerencia de una empresa que vale muchos miles de millones de dólares, y por otro lado tiene que elegir entre «invertir y crecer» o «producir para generar ganancias inmediatas».

Por supuesto que los modelos se pueden aplicar también a estos problemas vastos y confusos, pero los propios modelos están repletos de suposiciones cuestionables y de incertidumbre. En esos casos, determinar la validez del modelo, y entonces la concordancia con los objetivos puede ser una tarea tan difícil como encontrar la decisión apropiada.

Fuente: Apuntes de Investigación de operaciones de la UNIDEG