Torres de absorción

Para la absorción se utilizan altas torres cilíndricas (columnas), de mayor o menor anchura según su producción, en las que el gas absorbe circular de abajo a arriba mientras el absorbente lo hace de arriba a bajo (método de contracorriente). Estas columnas deben garantizar el mezclado eficaz del gas que asciende y del líquido que desciende (Fig. 3.20).

Esto puede lograrse mediante el relleno que se pone en la columna (Fig. 3.21) y que produce una buena distribución del absorbente y del gas. Con esto se consigue un buen mezclado mutuo. El material que constituye el relleno puede ser muy variado según el gas y el absorbente. Se emplean regularmente coque en trozos grandes, anillos Rasching (tubos cilíndricos de poca altura), trozos en forma de silla de montar, de porcelana, arcilla, vidrio, metal, etc. Se puede utilizar también parrillas cruzadas de madera, plástico, metal o cerámica.

Trabaja también a contracorriente y, por medio de válvulas de tras vías, se hace que, sucesivamente, cada torre se conecte como primera, intermedia o última.

Por consiguiente, el vapor de agua es concentrado hacia abajo por el condensado que vuelve, el “reflujo”, mientras que f inalmente en la parte superior se enriquecerla acetona y, si se regula correctamente, pasa a la cabeza de la columna como acetona pura. Poco después de haber comenzado la ebullición, la temperatura en la zona de paso desciende a 56°C.

Supuesto previo para esto es que la columna esté protegida contra pérdidas de calor por un buen aislamiento, para que el equilibrio de evaporación se establezca exclusivamente entre el reflujo y los vapores ascendentes. En cuanto se establezca este equilibrio se regula el reflujo para que pueda recogerse en el colector una parte del condensado de acetona pura.

Esta parte que se extrae es la que realmente se produce, este producto se llama destilado. La relación entre las cantidades que se recogen (destilado) y que refluyen de nuevo se llama “relación de reflujo” y varía de un caso a otro.

Por ejemplo, una relación de reflujo de 10 a 1 indi ca que por cada 10 litros de reflujo se saca un litro de destilado.

La separación precisa de dos líquidos por destilaci ón sólo es posible cuando se garantiza un contacto lo más íntimo posible entre los vapores ascendentes y el reflujo, pues sólo así se consigue un intercambio térmico perfecto entre la mezcla de vapores y la acetona que refluye. Se puede considerar el fraccionamiento como un proceso de lavado en él que en el condensado que refluye los componentes más volátiles obligan a condensarseaI componente menos volátil, con lo que aquellos simultáneamente se evaporan.

Fuente: Apuntes de procesos químicos de la UNIDEG