Actualidad y futuro de los países subdesarrollados. La brecha del Tercer Mundo: ¿aumenta o disminuye?

De acuerdo a Bairoch, se predice para el año 2000 en los países subdesarrollados el crecimiento de la población superará el 1.8 al 2% anual, mientras que el PNB se incrementará entre el 5 y 6 %. Esto representa un aumento del producto por habitante del orden del 3 al 4%. Si se estable una hipótesis, más bien minimalista, de un crecimiento del 3.5% anual del PNB para los países avanzados, se llega a la conclusión de que la brecha existente se agrandará en términos absolutos de una manera drástica.

Producto por habitante

1970

2000

Países desarrollados occidentales

2,780

7,800

Países subdesarrollados no socialistas.

205

500 – 665

En el caso de haber adoptado la hipótesis máxima (crecimiento del 4% anual del producto por habitante) para los países subdesarrollados, se habría acortado la distancia entre países desarrollados y subdesarrollados, mientras que en la hipótesis mínima (3%) se habría aumentado en el mismo porcentaje. Para esta situación Bairoch propone una estrategia utópica para el desarrollo mundial, en donde establece la disminución en el ritmo del crecimiento económico de los países desarrollados para que de esta manera queden liberados unos recursos que puedan acelerar el crecimiento de los países atrasados. Los puntos concretos que propone son:

a) Disminución del ritmo de crecimiento económico ydemográfico.

b) Distribución más equitativa de las riquezas.

c) Disminución del progreso tecnológico (significando un aumento del aspecto de la calidad de los productos y, por tanto, el mantenimiento de la artesanía de los países atrasados, tanto en la industria como en la agricultura).

Tres obstáculos se oponen a este plan:

1. La dificultad de que todos los gobiernos de los países desarrollados se pongan de acuerdo en tal política y los de los no desarrollados eliminen las trabas internas.

2. La lucha contra la llamada “mística del crecimiento”.

3. Hacer comprender a los Gobiernos de los países ricos que el aumento esencial de la ayuda exterior habría de aceptarse al menos como forma de frenar el ritmo de crecimiento del mundo desarrollado al transferir sus recursos económicos a los países pobres.

Fuente: Apuntes de Introducción a la Economía de la UNIDEG