Las letras romanas e itálicas

El alfabeto latino se remonta al imperio romano aunque sus orígenes son muy anteriores con alfabeto con el tiempo los romanos desarrollarían un alfabeto a través del etrusco, pero usando solo 21 de las 26 letras originales. Hubo 13 letras que no variaron respecto de la de los griegos: A, B, E, H, I, K, M, N, O, T, X, Y y Z: otras 8 letras fueron modificadas C, D, G, L, P, R, S, V y se restauraron otras dos letras F y Q (que habían existido en el griego primitivo, pero se habían perdido en el clásico.) Así pues, el alfabeto romano tenía 23 letras entre vocales y consonantes, y con el los romanos lograron escribir una representación fonética.

De su lengua que hoy llamamos latín, las 3 letras adicionales- J, U y W – son introducciones más recientes que se realizaron para representar otros sonidos. Los romanos usaban la “I” para representar los sonidos de la “I y de la J y de la V tanto para representar la U como la V la W se creo para representar un sonido en ingles antiguo. Aunque el alfabeto romano adoptó numerosas formas, la capitales quadrata (capital cuadrada) ha ejercido la máxima influencia en el desarrollo tipográfico y de las escrituras de inscripción.

A la letra que tiene el eje inclinado se le llama itálica. Este término aplica igual de igual manera para Romanas o San Serif, es decir fuentes con patines o sin patines.

Fuente: Introducción a la tipografía de la Universidad de Londres.