Ceniza en el cultivo de la sandía

Los síntomas que se observan son manchas pulverulentas de color blanco en la superficie de las hojas (haz y envés) que van cubriendo todo el aparato vegetativo llegando a invadir la hoja entera, también afecta a tallos y peciolos e incluso frutos en ataques muy fuertes.

Las hojas y tallos atacados se vuelven de color amarillento y se secan. Las mala hierbas y otros cultivos de cucurbitáceas, así como restos de cultivos serían las fuentes de inóculo y el viento es el encargado de transportar las esporas y dispersar la enfermedad.

Las temperaturas se sitúan en un margen de 10-35 ºC, con el óptimo alrededor de 26 ºC. La humedad relativa óptima es del 70 %.

Métodos preventivos y técnicas culturales:

– Eliminación de malas hierbas y restos de cultivo.
– Utilización de plántulas sanas.
– Realizar tratamientos a las estructuras.
– Utilización de las variedades de melón con resistencias parciales a las dos razas del patógeno.

Control químico:

– Será necesario monitorear las plantaciones por lo menos tres veces por semana, con el propósito de identificar a tiempo plagas o enfermedades; como también para detectar la calidad de las aplicaciones y la efectividad de los productos.

– Con los monitoreos lograremos también, utilizar el plaguicida especifico y las dosificaciones adecuadas para un mejor control.

– Para realizar una aplicación, hay que tomar en cuenta el umbral de daño económico, intensidad de daño, fase de desarrollo de la plaga o enfermedad. – Otro factor importante que puede influir en la calidad de una aplicación, es conocer el PH del agua que utilizamos para fumigar (usar reguladores de PH )

– Es importante que la persona que fumiga, use adecuadamente el equipo básico de protección con el propósito de evitar intoxicaciones.

– Después de cada fumigación es necesario lavar muy bien el equipo de fumigación; con esto evitaremos el daño a empaques y otros accesorios del equipo.

Fuente: Proyecto de desarrollo de la cadena de valor y conglomerado agrícola.